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Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

domingo, 3 de julio de 2011

Petkoff planteó a los anunciantes asfixiar económicamente a los medios

La presión de la opinión pública chillaba en los oídos de Petkoff como una olla exprés. Su personalidad egocéntrica y vengativa y su compromiso con los Caldera de mantener todo bajo control lo llevaban cada día más a enfrentar a los medios. Contrató a algunos amigos comunicadores, ex militantes del MAS, que se desempeñaban en los diarios de mayor peso.

Inventó junto a Matos Azocar, su compinche de Hacienda, seminarios para periodistas de la fuente económica, pero los niveles de inflación, déficit fiscal, desempleo y los desbordados niveles de corrupción trascendían a cualquier intento por neutralizar a los medios.

El lunes 17 de febrero de 1997, asistió como invitado a un evento organizado por el Consejo Nacional de Promoción e Inversiones y durante su charla no logró contener su boca de jarro y delante de propios y extraño dijo: ``Ustedes como anunciantes tienen un enorme poder, que al contrario de otros países no es utilizado en Venezuela. Tienen la posibilidad de decirles a los medios de comunicación social: -yo tengo un interés y si ustedes publican en contra de ese interés yo no anuncio más en ese medio. Así de fácil''.

Rafael Caldera encontró en Teodor Petkoff el bocaza ideal
La Agenda Venezuela mostraba su rostro autoritario. El funcionario cuestionó el principio de la libertad de prensa y planteó sus dudas acerca de la actuación de los periodistas: ``Quienes por un lado denuncian, por ejemplo, el exceso de burocracia, pero cuando se emprende una reestructuración, como la fusión de Fomento y el Instituto de Comercio Exterior, por citar un caso, la prensa dijo que Freddy Rojas estaba, prácticamente, tirando al Guaire los cadáveres de los empleados''. Los medios de comunicación, desde la perspectiva de Petkoff, sólo debían publicar lo que más convenía al gobierno de turno.

Petkoff propuso a los anunciantes
que esposaran la libertad de expresión
Curiosamente, mientras el ministro de Cordiplan instaba a que la  Empresa privada presionara a los medios de comunicación (mientras el presionaba a la empresa privada), María Elvira Samper, directora del noticiero de televisión colombiano QAP, decía que Gabriel García Márquez, salió de Colombia ``escandalizado'' por la crisis política de ese país y no volverá hasta que cambie la actual administración. El ganador del Premio Nóbel es accionista de la empresa productora de QAP. Paradójicamente, el motivo final que obligó al Gabo (biógrafo por encargo de las fantasías de Petkoff) a salir de Colombia fue la aprobación de una ley que permitía al Ejecutivo en ese país revisar cada semestre el contenido de los noticiarios. ¿Casualidades?


El ministro de Planificación quedó al descubierto luego que aconsejara a los empresarios no anunciar en los órganos de prensa que publicarán artículos contrarios a sus intereses. Rechazó las críticas y preguntó si la libertad de expresión ``es sólo patrimonio de los diarios''. Afirmó que "la libertad es un camino de múltiples sentidos. Un medio tiene derecho a publicar lo que quiera, pero si yo soy anunciante de ese medio y a mí no me gusta lo que publica, tengo todo el derecho de decirle yo no meto más anuncios en tu periódico o en tu televisora. ¿Yo no tengo derecho a anunciar en dónde me dé la gana?", se preguntó Petkoff.

Aclaraba y aclaraba, y cuánto más lo hacía, más hundía a su gobierno. Dijo que no estaba prohibiendo a los diarios publicar lo que quisieran, "sino que no voy a financiarlos para que lo publiquen. Yo tengo que tener el derecho y la libertad humana de anunciar dónde quiera". Su tesis de castigo a los medios obligó a Simón García, ministro para las relaciones Gobierno-Parlamento, a salir al paso en la polémica y calificar las palabras de Teodoro como personales. Es decir, que no fueron formuladas como políticas de gobierno: “Él está opinando, y sus palabras tienen relevancia en tanto que es ministro, pero no cada vez que habla un ministro por su boca están saliendo dictámenes y órdenes reales, como si estuviéramos en una monarquía”. Los Caldera prefirieron que fuera un masista quien pusiera el bozal al bocazas. Luego en privado le dieron su regaño.

Incluso desde fuera de la administración nepotista, el “enamorado eterno” de Teddy, Enrique Ochoa Antich calificó de impulsivas sus declaraciones sobre los medios. Advirtió que todo gobierno tiene una ``tentación autoritaria'', y recomendó a su amigo, el ministro de Cordiplan, reflexionar y aceptar que se  equivocó.

Henry Ramos Allup aprovechó para calificar
a Teodoro Petkoff  de tremendista
Los accióndemocratistas, representados por su jefe de fracción Henry Ramos Allup,  calificaron de tremendista la posición del funcionario. Agregaron que ``instigar a los anunciantes a empezar una especie de control indirecto de la libertad de expresión por medio del anuncio es una declaración inconveniente''.

Nelson Chity La Roche, jefe parlamentario de los socialcristianos, al tiempo que recomendaba ``mucho cuidado'' a Petkoff, apuntó que pese a que ``lo quieren mucho, peca por locuaz y de hiperestésico''. Añadió que esperan que las declaraciones del ministro no sean parte de una filosofía del Gobierno para establecer más contradicciones en la sociedad venezolana.

La Causa R, en la persona de su jefe de fracción, José Albornoz, indicó que Petkoff se atribuye funciones que no le corresponden, y le formuló un llamado para que ``se dedique mucho más a las cosas correspondientes a su trabajo en del Gabinete Económico y que no haga ese tipo de planteamientos, que crean incertidumbre y parcialidad hacia algunos sectores muy concretos del país''.

Masistas y convergentes, representados por su jefe y subjefe parlamentarios, Luis Manuel Esculpi y Juan Sosa Maury, respectivamente, aunque trataron de  justificar a Petkoff, alegando que es un hombre vehemente, no dejaron de expresar desacuerdo con el planteamiento del ministro.

La Comisión de Medios abrió una investigación sobre denuncias de presuntos intentos de coartar la libertad de expresión por parte del ministro de Cordiplan.

El periodista y diputado Alexis Rosas (LCR), vicepresidente de la instancia legislativa, tuvo a su cargo la investigación. Cuya conclusión se redujo a que sería negativo que se volviera a vivir el nefasto precedente ocurrido con el diario El Nacional en los años 60, cuando se produjo una desafortunada medida como la planteada por Petkoff a los empresarios''.

Se refería Rosas, a la decisión por parte de las empresas trasnacionales de retirar sus avisos de las páginas del diario de Otero Silva, sí este seguía dando cabida de manera positiva a las informaciones proveniente de la Revolución Cubana, en plena efervescencia para la época. Qué ironía, años en los cuales Teúdulo Perdomo (otro seudónimo de Petkoff) predicaba y defendía su admiración y amistad con Fidel Castro.

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