Datos personales

Mi foto
Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

jueves, 30 de junio de 2011

Tulio Álvarez y Alfredo Peña se clavaron a Petkoff

Alfredo Peña se la tenía
jurada a Teodoro Petkoff
desde tiempos de El Nacional
No podemos pasar por alto, en esta historia, la actuación de una “linda parejita” que dio la estocada invisible a Teddy. Nos referimos a Tulio Álvarez y a Alfredo Peña.

El primero, novio del segundo, fungió como ariete de la extorsión legal. Se posicionó como abogado de los Capriles-Canizaro y, azuzado por los peñonazos de su amor oculto, los persuadió sobre la conveniencia de sacar a Teodoro Petkoff de La Cadena Global, esto con el fin de suavizar la acción del gobierno a través del Seniat. Es decir, ablandar el monto por concepto de los impuestos sucesorales

Tulio Álvarez siempre ha
sido un adulador inconsable.
Es la versión escualida
de Carlos Escarrá
La propuesta de “la gorda Tulio" prendió en los oídos de Magaly Canizaro y su hijo Miguel Angel Capriles Canizaro, quienes de inmediato iniciaron  la operación de persuasión del homónimo Capriles López.

Peña movía las cuerdas del poder en la Secretaría de la Presidencia y “saltaba en una pata”. Joder a Petkoff lo signaba de un mérito casi histórico. Se especula, por cierto, que una apasionada celebración con Tulio en Palacio motivó su salida de Miraflores. Desde ese episodio a Tulio lo comenzaron a llamar “Clinton Álvarez”.


Por despecho o envidia, Peña siempre ha sido enemigo acérrimo de Petkoff. ¿Las razones? Entre otras, la principal se remonta a las elecciones de 1993. Al llegar Caldera al gobierno, lo primero que solicitó a Miguel Henrique Otero, a cambio de algunos favorcitos fiscales pendientes, fue la salida de Alfredo Peña de la dirección de El Nacional.

Ramón J Velasquez fue víctima
del poder del narcotráfico
 y de Alfredo Peña
El periodista de los peñonazos, aunque mediocre profesionalmente, demostró ser muy hábil en sus ataques informativos contra Carlos Andrés Pérez, e incluso en derribar del pedestal de honor y rectitud a Ramón J, Velásquez, responsable del primer indulto a Larry Tovar Acuña. Y es que el guaro manejaba a El Nacional como a una célula guerrillera: secuestraba la información, y si el afectado no pagaba el rescate, entonces, corría con las consecuencias. Caldera siempre lo consideró un palangrista detestable, valga la redundancia.


El timador Orlando Castro financió
periodistas como Alfredo Peña y
políticos como Arístóbulo Istúriz 

Peña desocupó su oficina en Puerto Escondido y, aunque siguió como director satélite del diario de Los Otero, se marchó a trabajar con el banquero Orlando Castro, quien lo prefería de su lado y no en su contra. El cubano también estaba rayado ante los ojos de Caldera, porque al comienzo de la campaña electoral le dificultó el acceso a las 45 emisoras de radio que poseía en concesión. Y aunque donó 20 millones de bolívares al chiripero, dio la expresa e inflexible orden de no trasmitir ni una cuña de Caldera si antes no era cancelada con dinero en efectivo. Es decir, que la relación de Peña con Castro lo terminó de enterrar ante los ojos de Rafael Antonio. Lo ocurrido después con el banquero bribón no es materia de esta historia.

Petkoff llegó al gobierno y tenía muy claro el panorama en relación con Peña. Se conocían de la época en que ambos, después de la caída de Pérez Jiménez, asomaban las narices por las oficinas de Tribuna Popular, para aprender algo de marxismo y sobre cómo hacer un periódico.

Popeyo Márquez aún espera
que Alfredo Peña le reintegre
el dinero que le debe
Peña no resistió mucho las predicas comunistas, pero antes de separarse robó a Pompeyo Márquez un buen lote de libros de Editorial Progreso (material doctrinario que venía de URSS), los vendió por cuenta propia en los alrededores de la UCV y se guardó los reales. Alfredo Peña creó una verdadera estructura comercial para la extorsión con el periodismo de denuncia.

Disparaba a diario por YVKE Mundial, propiedad de Castro; una vez a la semana por Venevisión, propiedad de los Cisneros; y cuando quería por El Nacional. Descargaba toda una artillería pesada y tarifada contra todo lo que pudiese darle algún beneficio. Eso sí, antes que nada se asesoraba muy bien con Tulio, quien accionaba como quinta columna desde la consultoría jurídica de Miraflores.


La extorsión llegó a extremos escandalosos. Incluso, las empresas de comunicaciones corporativas incluían en los servicios a sus clientes un royalty destinado a neutralizar a Peña en caso de crisis. A pesar de esto, Petkoff hizo su trabajo para complacer a Caldera y mantuvo a en la raya a Peña.

El afeminado con voz de trueno y la “Mata Hari” Álvarez fueron siempre muy cautelosos con Los Caldera y Teddy. Siempre se cuidaron en no molestar ni a Teodoro ni a Andrés. Incluso, destruyeron a Matos Azócar, con aquello de los Bonos, pero a sabiendas de los guisos de Teodoro Petkoff en esas negociaciones, prefirieron ignorarlo.

Peña olfateó la fuerza de Chávez y se plegó a él desde un principio. Atacó a la administración Caldera en su último año de gobierno. El Presidente se convirtió en el salvador de Alfredo y Tulio. Finalmente, ambos pasaron a engrosar la lista de judas del chavismo y a encabezar el directorio de enemigos de Petkoff.

No hay comentarios: