Con la designación de Freddy Rojas Parra, como ministro de Hacienda, Rafeal Caldera repotenciaba relaciones con Fedecámaras |
En diciembre de 1997, Luís Raúl Matos Azócar renuncia al Ministerio de Hacienda. Los escándalos en torno a su gestión eran demasiados. La buena conseja política lo llevó a buscar la salida menos traumática. Su salida del gobierno terminó con el enfrentamiento entre el Congreso de la República y el poder Ejecutivo, pero su nombre estaba embarrado en varios casos de corrupción que fueron desde ``las colitas de Pdvsa'' hasta la negociación fraudulenta con papeles del Estado, pasando por aquel casi olvidado caso de pececitos de colores y las frutas exóticas de la OTAC.
Todos fueron conocidos por la Comisión de Contraloría de Diputados y ahí quedaron. No hubo pronunciamiento de Salvaguarda y la Contraloría General de la República anunció que continuaría investigando la participación de Matos en el doble pago a una empresa vendedora de armas, en lo que se conoció como caso Samana. O la relación de su hermana con el lavado de dólares en el Banco Industrial, sucursal Miami.
Matos Azócar -apasionado Lusinchista- tenía el apoyo del dúo dinámico Caldera-Alfaro Ucero. Su renuncia fue una estrategia para darle tiempo al tiempo. Caldera, por boca de su excitado ventrílocuo Teodoro Petkoff, había anunciado que Matos seguiría en el Gobierno, quizá entre bastidores.
En 1998 es designado el empresario Freddy Rojas Parras como titular de Hacienda. Así Caldera otorga una cuota de poder a Fedecámaras y Petkoff termina por posicionarse como jefe del Gabinete Económico. Carlos Hernández Delfino, forrado hasta los tequeteques prepara sus maletas para emigrar a la banca privada no sin antes acompañar a Teddy, Alesia Rodríguez y Armando León, ahora desde el BCV, nuevamente a los mercados internacionales para darle una nueva estocada a la deuda externa. El triunfo de Chávez era inminente. Políticamente ni Convergencia ni AD tenían vida; el MAS había abandonado a sus fundadores y se sumaba al polo patriótico. Los forajidos debían asaltar la última caravana.
Raúl Matos Azócar salió del gobierno con los bolsillos llenos, pero sin un rasguño |
El 11 de marzo de 1998, el Ministerio de Hacienda hizo del conocimiento de la opinión pública que el gobierno venezolano proyectaba vender 500 millones de dólares en bonos Globales a 20 años en el mercado estadounidense. La operación, que se realizaría a mediados de año, tendría como objetivo el pago de deuda externa que estaba en atraso y el refinanciamiento de la deuda que estaba por expirar.
En esa oportunidad correspondería JP Morgan ser el banco director de la venta y de la fiesta. Sin embargo, funcionarios de JP Morgan se negaron a comentar la información. Sólo alcanzaron a decir:
“Pudiéramos ir al mercado en los próximos dos meses o un poco después, dependiendo de cuán rápido logremos la aprobación del Congreso y de las condiciones del mercado''.
Se trataba de la primera operación que efectuaría el clan de Petkoff en los mercados internacionales desde que, en septiembre del 1997, vendiera 4,4 millardos de dólares en bonos globales a 30 años en el mercado estadounidense a cambio de bonos Brady. Mientras se afinaba la emisión y se cuadraba en el Parlamento la respectiva aprobación, en esta oportunidad no debían cometerse los mismos errores, Teddy y Freddy Rojas Parra, junto al presidente del BCV, Tony Casas, realizaron un viaje por 24 horas a Washington para concretar con Michel Camdessus los últimos detalles para la suscripción del Acuerdo Sombra con el FMI a concretarse a finales de marzo.
Los meses pasaron y Rojas Parra fue sustituido por Maritza Izaguirre en Hacienda. Petkoff conservaba la ventaja entre el que se va y el que llega. Su maquinaria en el BCV se mantenía engrasada. La experiencia adquirida de los pelones cometidos durante el canje le avizoraba una operación impecable. Un “crimen financiero” perfecto. El 20 de julio Venezuela colocaba la emisión de bonos Globales Ven18 por 500 millones de dólares en el mercado estadounidense. Así Teddy rompió el record de emitir el bono más caro alguna vez emitido por Venezuela, la tasa fija de interés fue nada menos que de 14% en dólares! ¡¡Púyalo Teo!
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