Entre sus trabajos y obras literarias, la denuncia y desenmascaramiento de Petkoff y Márquez, Argenis Rodríguez hizo un importante aporte a la historia política del país |
En relación con la fuga del San Carlos, Argenis Rodríguez remató con esta afirmación terrible:
“A raíz de la fuga de Teodoro Petkoff del San Carlos las guerrillas fueron diezmadas y todo se vino al suelo y en seguida Teodoro Petkoff y Pompeyo Márquez dividieron al Partido Comunista. Luego se fueron a los Estados Unidos y regresaron con dinero, con más poder y con más apoyo entre los partidos del status. Petkoff que antes viajaba a Cuba ya no viaja a Cuba, va a Estados Unidos. Pompeyo Márquez hace lo mismo. Y la cosa es que ese Movimiento al Socialismo prende entre los estudiantes y hay propaganda por todas partes. Y será cuando les dará el golpe de gracia a los comunistas al fundar un partido anticomunista, el Movimiento Al Socialismo. Esta ha sido una historia muy turbia y muy sucia y la gente, por miedo, no quiere opinar. Era raro aquello de que el que ayudara a huir a Petkoff del cuartel San Carlos fuera asesinado por la policía; pero Petkoff, cuando salía, salía de allí sonriente y con dinero. La gente tiene miedo de opinar sobre esto”.
Sin dudas, Petkoff se había erguido como todo un héroe, pero tras bastidores hay un fuerte olor a traición, a delación. Las historias sobre sus constantes encarcelamientos y espectaculares fugas lo proyectaron como todo un ídolo juvenil entre los más ilusos. Capitalizó y se aprovechó del Cuartel San Carlos, del túnel, del sirio Simón, de Guillermo García Ponce y de su profesor de marxismo Pompeyo Márquez.
Y para cerrar el capítulo de las fugas del Cuartel San Carlos, el 19 de enero de 1975, 23 presos políticos, entre ellos dos mujeres, también lograron evadirse a través de un túnel de 42 metros de largo y un diámetro de 80 centímetros, que desembocó en la casa del saxofonista Víctor Cuica. ¿La diferencia? Que ninguno de esos combatientes hizo de la lucha un negocio como lo hicieron Teodoro y Pompeyo, quienes vendieron la causa por un puñado de dólares.
En retrospectiva, para el IV Congreso del PCV, fijado para el 10 de diciembre de 1970, Petkoff y Márquez junto a un grupo de la jotacé (Juventud Comunista) propulsaron la atomización del PCV.
El testimonio de Argenis Rodríguez recogido en su libro “Escrito con Odio” será eternamente la más terrible acusación contra unos traidores como Petkoff y Márquez”.
Argenis Rodríguez criticaba que Pompeyo sostuviera que la guerra sería larga, pero que él no se fuera al monte. Pompeyo se quedaba en Caracas viviendo contento y protegido por el CEN de Acción Democrática, que hacia gestiones ante el Departamento de Estado americano para legalizar un partido anticomunista con una fachada de izquierda. Pompeyo Márquez decía que no había que rectificar nada y que la lucha debía mantenerse en la ciudad y en el campo.
Argenis criticaba a Pompeyo y a Teodoro porque mandaron a un gentío a sacrificarse para después acusarlos de desviacionistas y fundar un partido que estuviera contra aquella misma gente. Un verdadero revolucionario no podía aceptar a un tipo como Pompeyo Márquez, quien anunció que se iba a las guerrillas y nunca se fue; que para engañar a la gente se hizo retratar en el solar de su casa con una boina en en la cabeza y un fúsil al hombro. Eso fue denunciado por Argenis Rodríguez.
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