Las ansias de poder siempre han pesado sobre los hombros de Petkof. Prefirió renunciar al MAS, antes de apoyar a Chávez |
A finales de mayo de 1998, lo que quedaba del MAS anunciaba contra viento y marea su decisión de apoyar la candidatura de Hugo Chávez. Casi inmediatamente, el 3 de junio de 1998, Teodoro Petkoff anunciaba su decisión de renunciar al Movimiento al Socialismo, el mismo que fundara en 1971 y del que fue presidente, secretario general, candidato presidencial y dirigente emblema.
El anuncio se realizó en la oficina de un miembro de la fracción parlamentaria del MAS. Estaban presentes Pompeyo Márquez, Víctor Hugo D'Paola, Luis Manuel Esculpi, José Gómez Febres, Mayita Acosta, Carlos Rodríguez, Héctor Vargas, Gonzalo González, Rafael Colina, Manuel Gutiérrez, Miriam Díaz, David Nieves, Luis Martínez, Leonel Rojas, Vicente Bello, César Morillo y Gilberto López, entre otros jefes de la corriente interna comandada por el líder fundador.
¿Los motivos? A confesión de parte relevo de pruebas, Teodoro calificó de “oportunismo cínico” la decisión tomada en la Convención Nacional de la tolda naranja de apoyar a Hugo Chávez Frías como abanderado electoral. Detrás de esto, el terrible fracaso ante la misión encomendada por el clan Caldera. En privado, el líder del chiripero lo habría consolado recordando la traición de sus delfines en Copei, cuando en 1987 perdió la nominación presidencial frente a Eduardo Fernández y más tarde debió vivir algo similar con Irene Sáez.
Como anécdota curiosa al respecto, pero que dice mucho de la falta de modestia y honestidad de Teodoro, el periodista Kico Bautista en su columna de chismes sociopolíticos en El Nacional reseñaba por aquellos días lo siguiente:
Eduardo Fernández, al igual que Petkoff, siempre ha sido un eterno derrotado en sus aspiraciones presidenciales |
“El miércoles pasado, sometidos a un arroz a la marinera gigantesco de Cándido Cascallar, un grupo algo "esdrújulo" se dio cita en el Akelarre para homenajear a Eduardo Fernández y a Teodoro Petkoff. Extraño, pero el festejo tenía que ver con la derrota. Eduardo y Teodoro, cayeron vencidos en las convenciones para elegir los candidatos presidenciales de sus respectivos partidos. Al quedar en minoría, el Tigre optó por la reserva y el Catire abandonó la organización que, como nadie, contribuyó a fundar. Ambos personajes comparten un destino común. Pasaron, de protagonistas de la película a simples espectadores, de faros a velitas. Pero, lo hicieron con las botas puestas. No se dejaron llevar por la corriente, fueron, por encima de todo, fieles a sí mismos. Allí ante la presencia de Germán Lairet, César Miguel Rondón, Flor Alicia Anzola, Bernardo Fischer, Pablo Antillano, Ignacio Avalos, Diana Pinedo, Marisol Fuentes y Elías Santana entre otros, el ministro de Cordiplan confesó que andaba en una onda de simplificación: "Mi carta de renuncia debió ser más corta...Chao, me voy. Saludos, Teo".
El 13 de junio 1998, a propósito de la renuncia y el motivo expuesto por Petkoff, Felipe Mujica recogió el capote: “Teodoro siempre ha confundido el rol de líder histórico con el del dirigente histérico. Petkoff suscribió el voto salvado que consignaron unos 130 delegados de la Convención Nacional y en el que se expresa que nunca como hoy nuestro movimiento (el MAS) había estado tan expuesto al descrédito público. Hemos pagado demasiado caro el tributo al oportunismo, que se ha combinado con el espíritu de secta propio de aquellos a quienes les interesa más actuar según propósitos estrictamente grupales”, afirmó Mujica en clara alusión al binomio Teodoro-Pompeyo.
Mujica recalcó: “Las intemperancias de Petkoff son ya legendarias y constituyen uno de los ingredientes de la progresiva devaluación de su condición de líder fundador”.
En relación con el apoyo a Chávez, aseguró que no se trató de la imposición de la cúpula sobre la base. Aseveró que nunca antes un candidato masista fue seleccionado por una coincidencia de pareceres tan amplia entre la base social del movimiento, el pueblo militante, la estructura de activistas y la mayoría determinante de la Dirección”.
Felipe Mujica se desgarró las vestiduras por apoyar a Chávez. Años después le mentó la madre en televisión |
Y a continuación Mujica arremetió contra Petkoff: “Resulta curioso que sea el propio Petkoff quien critique el oportunismo y a un supuesto viejo corazoncito de izquierda de la base partidista, pues en el MAS todo el mundo sabe que Teodoro siempre ha manejado un doble discurso: izquierdista para dentro del MAS y moderado para consumo externo. Usando el discurso izquierdista, Petkoff purgó a todos sus adversarios dentro del partido, acusándolos de cosas supuestamente terribles, como aquello de ser socialdemócrata o, peor aún, neoliberal. Por eso es que el partido nunca entendió cómo el creador del terror rojo en el MAS fue derecho a hacerle el mandado al FMI cuando se convirtió en ministro. Esa auténtica voltereta, ese mega-oportunismo, es lo que hoy cobra la base partidista”, le espetó.
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