“Los políticos utilizan la cuenta numérica
o marcada con una clave,
el banco responde por el absoluto secreto
de la operación (...)”
Los doce apóstoles/1975
Pedro Duno
Juan Vicente Gómez ha sido el único mandatario en pagar toda la deuda pública de Venezuela |
La evolución de la deuda pública en Venezuela se remonta a la Guerra de la Independencia. Pasa del arreglo Fiscal al bloqueo de 1902, sin olvidar la Doctrina Drago y la consolidación y extinción de los deberes entre 1905 y 1930, Juan Vicente Gómez canceló hasta el último dólar y el país pasó a depender exclusivamente de sus Reservas durante más de 10 años. La deuda interna reapareció en 1943; y la externa retomó sus caminos en 1957. Ambas ahora eternas.
Las negociaciones de la banca extranjera, los prestamistas locales y la participación de los funcionarios a cargo del manejo de las cuentas, implica escribir varios tomos de historia, economía y pillaje. Sin dudas, Teodoro Petkoff Malec ocuparía una buena parte del índice en los capítulos referidos al chanchullo y al enriquecimiento ilícito.
Cuando Teddy llegó al poder, en abril de 1996, encontró en el Banco Central de Venezuela y en el Ministerio de Hacienda un clan de afamados “expertos en refinanciamiento de deuda pública”, “emisión de bonos” y, por supuesto, en lujo, peculado, estafas, corrupción y saqueo del erario público. No tardó Teddy en asimilarse y, en muy poco tiempo, comandar la bandita enquistada en las finanzas públicas. Incluso, logró negociar la salida de algunos de ellos y atornillar a nuevos integrantes, quienes aún se mantienen allí y velan por sus intereses.
En febrero de 1996, Luis Raúl Matos Azócar, ministro de Hacienda, suscribió los mandatos para colocar por segunda vez papeles públicos en Alemania y Japón. La negociación fue conocida entre los banqueros venezolanos como la golilla de los Von Matos y Bonosushi. El primer formato fue liderado por Westdeutsche Landesbank, a un plazo de siete años; y Nikko Securites se encargó de la colocación asiática, a un plazo de tres años. Venezuela se preparaba para sumar a su deuda 994 millones de dólares más. Una bicoca para la época.
Sin embargo, la operación debió esperar por la autorización de las comisiones de Finanzas de las cámaras de Diputados y Senado, y por la opinión del Banco Central de Venezuela. Llegó Petkoff al Gabinete Económico y los obstáculos e intereses políticos y técnicos que Matos no terminaba de sobreponer, Teodoro los remontó y concretó la emisión de los Von Matos y los Bonosushi. El jefe de Cordiplan iniciaba una fructífera y exitosa carrera en “El fabuloso mundo del dinero y la bolsa”, según cuño de André Kostolany.
Los primeros escarceos contaron con un grupo encabezado por la banca de inversión Deutsche Morgan Grenfell, el Ministro de Cordiplan y sus asesores, entre ellos: Carlos Hernández Delfino, Alesia Rodríguez (la “bonochica” de Matos), la colombiana Emma Betancourt, conocida por sus operaciones con la Organización Cisneros, Roy Ellis, director adjunto de Finanzas Públicas (y ahora muy activo intermediario con la V República), y Armando León, quien en poco tiempo se convirtió en el pupilo favorito de Petkoff y con el tiempo en su quinta columna en el BCV.
Armando León fue colocado en el BCV por Teodoro Petkoff. Aún se mantiene allí, con el apadrinamiento de Jorge Giordani |
Las condiciones financieras de las emisiones implicaron mucho dinero y altos intereses. Respecto a los Bonsushi encontramos: emisión en yenes. Monto: 476 millones 644 mil 223 dólares con 26 centavos. Agente colocador: Nikko Europe PLC. Plazo: 3 años Amortización: un pago único al vencimiento.
Margen: Entre 418 y 443 puntos básicos sobre el rendimiento semi-anual de los Swap a 3 años. Precio de emisión: 100%. Ley Aplicable: Ley de Nueva York o Ley Inglesa.
En relación con los Von Matos hallamos: emisión en marcos alemanes. Monto: 517 millones 598 mil 343 dólares con 69 centavos. Agente colocador: Westdeutsche Landesbank Girozentrale. Plazo: 7 años. Amortización: pago único al vencimiento. Spread. Margen: 485 puntos sobre la tasa del bono federal alemán de referencia, Treuhand 2003, con un rendimiento igual a 7,125%. Precio emisión: 101,150%. Ley Aplicable: Ley de la República de Alemania.
Carlos Hernández Delfino y Alesia Rodríguez (dos personajes a los que no perderemos la pista en nuestro relato), uno desde el BCV y la otra desde Hacienda, alabaron y celebraron la incorporación de un nuevo aliado a su enclave: Teodoro, quien se sumó al grupo de banqueros locales e internacionales, cuyo objetivo fundamental siempre ha sido endeudar al país bajo las mejores condiciones, para ellos claro. Con esta nueva colocación se completó una negociación iniciada en el euromercado alemán en diciembre de 1995.
La emisión del 1996 metió en la misma canasta la deuda contraída en 1995, sólo que la renovó con mayores intereses y durante más tiempo. El cupón de interés anual se fijó en 10,75%, pagadero por años vencidos.
Carlos Hernández Delfino, del BCV al Banco del Caribe |
Hernández Delfino y Alesia Rodríguez desde el BCV y Hacienda cumplían siempre su misión de preparar veredictos positivos sobre las colocaciones de los bonos, esto para darle luz verde al binomio Matos-Petkoff y satisfacer a la banca, muy a pesar de los criterios técnicos y legales que planteaba la Comisión de Finanzas del extinto Congreso. Mientras los parlamentarios consideraban que la operación incrementaba considerablemente la deuda externa del país, el instituto emisor aseguraba lo contrario. Es decir, que dichas colocaciones no incrementaban el saldo de la deuda pública ni afectaban el monto máximo de endeudamiento neto.
Teddy tomó el mando. De la mano de Hernández Delfino y Alesia Rodríguez, los buitres de la banca de inversión aterrizaron de inmediato en Cordiplan: Nomura Securities, Financial Investor, Jpbt, Logic, Sigma Capital Corp, Offitbank, Columbus Advisors, Fondigest, United Bank of Kuwait y Deutsche Morgan Grenfell.
Teodoro Petkoff, junto a Delfino y Rodríguez, aprendió pronto. A finales de 1996 viajó a Europa. Allí se reunió con Carl Ludwig Von Boehm-Bezing, Detlef Ramsdorf, miembros de la junta directiva del Deutsche Bank, y 50 banqueros más de Alemania, Holanda, Austria y Suiza. Esta vez el objetivo era exponer la Agenda Venezuela. Y, ni pendejo que fuera, poner al día algunos asuntos personales en los paraísos fiscales de su entrañable Europa, un toque técnico por la Banca Suiza no faltó en su periplo.
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