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Nací en Sofía, capital de Bulgaria, hace ya más de 80 años. Llegué pequeño a Venezuela y usurpé la nacionalidad de acá, lo cual me ha valido mucho. He sido guerrilero, profesor universitario, diputado, ministro, candidato a presidente, editor de periódicos y hasta mujeriego, padre y abuelito...

martes, 21 de junio de 2011

Pedro Tinoco, el apóstol de Juan Carlos Zapata




La obra, vida, pasión y muerte
de Pedro Tinjoco, hijo,
fue el panfleto maestro de Zapata 

Al llanerito desde muy muchacho se le ha mojado la canoa. El personaje que más lo ha impactado, por su perversión y sadismo, merece subtítulo aparte:

Pedro Tinoco, hijo. Este personaje ha inspirado a Zapata desde muy joven. Su último “folleto para exhibir el poder” cuenta la vida del jefe de los apóstoles de Carlos Andrés Pérez, tal como lo señalara Pedro Duno en su libro Los 12 Apóstoles, Proceso a la Degradación Política”, y el propio Américo Martín en “Los Peces Gordos”.

La historia se remonta al primer gobierno de Caldera. Pedro logró convertirse en el abogado favorito de las empresas trasnacionales. Esto lo apuntaló para que Caldera lo nombrara Ministro de Hacienda. Luego pasó al Banco Mercantil y Agrícola, del cual los Volmer lo botaron por tracalero. Llegó el proceso electoral de 1973 y los socialdemócratas derrotan a Lorenzo Fernández. Tinoco se convierte en candidato de la derecha progresista e iza las banderas del llamado Desarrollismo. Finalmente, el gobierno pasa a manos de Carlos Andrés Pérez, quien le encarga la comisión que formulara una suerte de reforma económica. Sus conocimientos y relaciones con los inversionistas internacionales lo convierten en un personaje clave ante los ojos de Pérez.


En el mundo financiero para nadie era un secreto la “buena amistad” que surgió entre CAP y Tinoco. En 1975 esa percepción motivó que los accionistas mayoritarios del Surameris, ya para entonces Banco Latino, le propusieran a Tinoco la presidencia de la institución, la cual para la época se había reducido en sus dimensiones. Allí se plantó. Celebró y aplaudió la “diarrea de decretos” del esbirro de Rubio. E hizo buenos negocios para el Latino.

Volvieron los socialcristianos al poder con Luis Herrera Campíns. Tinoco apeló a sus entrañables relaciones con Rafael Antonio, y logró nuevos y muy buenos negocios con el Estado para el Grupo Latino.

Pero en 1988 llega la gran oportunidad de Pedro. Pérez vuelve a Miraflores y lo llama para que se incorpore al poder. Esta vez, ni más ni menos, que como presidente del Banco Central de Venezuela. El sueño dorado para cualquier capitán de la banca comercial privada.

Gustavo Gómez López terminó
con lo poco que
quedaba del Latino
Un maestro del fraude bancario Tinoco se retira nominalmente de la presidencia del Latino y deja en su lugar a Antonio Ugueto Trujillo, quien es removido en 1992 y sustituido por Gustavo Gómez López, que contrae nupcias con Claudia Febres-Cordero, hija de Siro Febres-Cordero, otro apóstol de CAP. ¡Qué cosa más grande es la familia! Con Pedro Tinoco en la presidencia del BCV, el Latino creció. Se convirtió en el segundo banco del país.

Los fideicomisos del sector público entraron todos a sus arcas. Los administradores de los depósitos oficiales (nóminas, presupuestos, proyectos, recursos en general) recibieron muy buenos intereses del Latino. Ni que hablar de la política de Bonos Cero Cupón y la felicidad que eso brindó a sus colegas banqueros. No fue egoísta Tinoco con los recursos del Estado. Toda una Universidad de la Corrupción.

El jefe del apostolado de la degradación ante el público era un hombre de rostro inmutable. Hay quienes aseguran haber visto por primera vez una expresión en la cara de Tinoco, el día en que CAP le comunicó su decisión de sustituirlo por Miguel “Paquetico” Rodríguez. ¿De alivio? ¿De arrechera? ¿Cómo saberlo? El cáncer ya minaba su salud. No obstante, en la intimidad se las traía. Su matrimonio era de los que ahora se califican de liberal.

Casado con una artista plástica, la “creatividad conyugal” se imponía. Los rumores, algunos muy bien fundados, sobre “cachos”, “cuernos”, intercambio de parejas, etc, fueron la comidilla sobre la vida íntima de Los Tinoco.

Esa es la faceta que enamoró a Zapata y lo inspiró a rendirle un tributo escrito al apóstol de la gozadera. El sexo duro con efebos, las lluvias de todos los colores, con el agradecimiento en especies, pautaron las desviaciones de Tinoco y sus seguidores.

Los primeros catálogos sobre los poderosos, escritos por “Zapatina” fueron bautizados y celebrados a lo grande en las instalaciones del Banco Latino. Muchas de esas historias e informaciones se las suministraron, al mancebo de Petkoff, el entonces presidente del BCV y su lacayo Gustavo Gómez López.

También sus conocimientos de gourmet, su afición por los modelos clásicos de la Mercedes Benz, su interés por los mozuelos de 20 años y su pasión por compartir y cantar, fueron parte de las enseñanzas dejadas por Tinoco.

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